top of page

Mi querido Chavo del 8

  • Foto del escritor: Jesse Villalba
    Jesse Villalba
  • 29 nov 2014
  • 3 Min. de lectura

Chespirito ha muerto.

Era común leer algún artículo falso en internet sobre la supuesta muerte de Don Roberto Gómez Bolaños -lo mataban cada tres meses y ya muy pocos tomaban en serio esta noticia-. Hoy comenzó a circular nuevamente la misma información y tristemente ya no es un rumor, ¡Chespirito ha muerto! Una vez que se confirmó su muerte el dolor y la nostalgia invadieron a las redes sociales y todos lamentaban su partida. Pero debo decir que no todo fue tristeza, también surgieron inmediatamente los haters alegando que su programa idiotizó a generaciones y que no aportó nada positivo a la sociedad. Muy respetables los puntos de vista de cada quién, pero yo sí puedo decir con orgullo que a mí sí me aportó, ¡y mucho! De El Chavo del 8 aprendí sobre la humildad y el valor de compartir lo que tienes, aunque tengas muy poco. De El Chapulín Colorado aprendí sobre la fortaleza que cada uno posee, aunque el enemigo sea grande y la situación complicada. De Chaparrón Bonaparte aprendí que todos estamos un poco locos, pero que también hay cierta cordura dentro de nuestras incoherencias. De El Chómpiras aprendí que existen las segundas oportunidades, pues vida siempre te ofrece la posibilidad de redimirte. De El Chanfle aprendí que los sueños se cumplen siempre, de una u otra forma. En fin, lo suyo fue un humor muy blanco que jamás se vio empañado por las sutiles referencias hacia lo político, lo deportivo o lo social que se escondía detrás de algún chiste bobo; sutilezas de las que, como niños, jamás nos enterábamos; no así los adultos, que entendían perfectamente la doble intención. Pilar de una empresa a la que muchos satanizan, desde luego; pero aquí no se trata de hacer escarnio sobre su vida personal tanto como su aportación a varias generaciones que crecimos viendo su programa y que ahora somos -creo- gente de bien. No se vale crucificarlo ahora que ya no está cuando hay cientos de programas supuestamente infantiles demasiado violentos que, esos sí, no aportan absolutamente nada a las nuevas generaciones que no entienden de humorismo si no hay una peladez de por medio o un personaje descuartizado cada cinco segundos.

Mi querido Chavo del 8 La noticia me puso realmente triste y me trajo muchos recuerdos de mi infancia. Don Roberto Gómez Bolaños, a través de sus personajes, era alguien que estaba siempre presente en mi hogar, no solo durante mi niñez, sino durante mi adolescencia y ocasionalmente en mi etapa como adulto. Fue mi ídolo cuando era yo muy pequeño y fue un humorista entrañable al que sentía como parte de mi familia. Me quedé con las ganas de estrechar su mano y de agradecerle por tantos años de risas y por todos los momentos de felicidad y de compañía que me brindó.

Siempre supe que algún día me arrepentiría de no asistir a La Feria del Libro en el año 2003 donde estaría él firmando su libro Roberto Gómez Bolaños... y también poemas. Tal vez en otra edición tendré esa oportunidad -pensé-; pero nuevas ediciones llegaron y Chespirito jamás regresó. Hoy conservo con mucho cariño su libro autografiado que me hizo llegar mi amiga Claudia de aquella presentación en el cuál se lee lo siguiente: "Para Jesús, su amigo Chespirito", uno de mis grandes tesoros dentro de mi colección de recuerdos. Se fue un gran humorista y un entrañable ser humano, pero permanece su gran legado, mismo que estoy seguro prevalecerá a través del tiempo pues forma parte ya de nuestra historia personal y también de la época de oro de la televisión mexicana.

Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’

(1929-2014)

Descanse en paz

Kommentare


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Síguenos
©
bottom of page