Regreso

Ha pasado mucho tiempo desde que decidí cerrar todas mis redes sociales para darme un “break” de tantas peleas absurdas por diferencias ideológicas, de tanta gente pretenciosa, de tanto hate y de mi maldita obsesión-compulsión por querer leer todo lo que mis contactos publicaban. Durante el tiempo que estuve offline me dediqué a descubrir que sí hay vida más allá de Facebook y de Instagram.

Luego de ese periodo, cuando mi relación de aquel entonces finalizó, decidí volver. No es que me fuera a causa de ella, ni que regresara porque terminó. Simplemente me gustó la idea, después de mi “suicidio virtual”, de saber que tenía la opción de empezar de cero en todos -o casi todos- los sentidos. Esta vez decidiría con quién continuaría el viaje y a quién dejaría atrás después de darme cuenta de quiénes me aportaban algo positivo y quiénes simplemente estaban ahí de adorno o, en algunos casos, esperando el momento en que publicara alguna estupidez para hacerse presentes con algún comentario soez, o que publicara alguna de mis desgracias para que algunos otros vinieran a regodearse.

Hoy, después de ese descanso en el que dejé incluso de escribir para evitar controversias, retomo este gusto en un nuevo espacio. Siempre estuve renuente a abrir una página web porque me parecía demasiado pretencioso ya que ni soy escritor ni soy “figura pública”. Pero tomando en cuenta que, al momento de generar contenido; en este caso el blog, mis fotografías y algunos videos; un poco en retribución a lo que internet nos da cada día; pues ya puedo agarrarme de algo para justificar mi poco sutil necesidad de atención disfrazada de “no soy nadie, pero mi nuevo dominio lleva mi nombre para que se lo graben en caso de llegar aquí por la razón que sea”.